Las hamacas, por lo general, están fabricadas con tejidos muy resistentes y duraderos —sobre todo, las hamacas de tela—. Estas están preparadas para soportar una gran cantidad de peso, algunas hasta más de 180 kg, además de estar fabricadas con materiales que resisten perfectamente a la intemperie y a las diferentes condiciones atmosféricas. Ahora bien, no todas las hamacas son iguales, por supuesto hay modelos y modelos, por eso nosotros siempre te recomendamos que compres hamacas de calidad ya que —aunque su precio sea más elevado, la vida útil será superior y al final la inversión resultará más rentable—. En cualquier caso, sea como sea, en este artículo vamos a ayudarte a que aprendas cómo reparar hamacas. Presta atención a nuestros consejos para que tu hamaca se vea como nueva.
Cómo reparar una hamaca de tela

Reparar una hamaca de tela es un proceso que varía dependiendo de la gravedad y del estado en el que se encuentra el producto. Por supuesto, hay situaciones y situaciones y en algunos casos es posible que la reparación de la hamaca sea un proceso prácticamente imposible. Y es que no es lo mismo reparar algunos agujeros, que enganchones o arañazos. Te recomendamos que tengas en cuenta lo siguiente para poder arreglar hamacas.
Reparar hamacas: Identifica las zonas afectadas
Lo primero que tienes que hacer para responder a cómo reparar una hamaca de tela es identificar las zonas afectadas de la hamaca, aquellas en las que presenta algún desperfecto y valorar si merece la pena repararla u optar por una nueva. Así pues, fíjate donde hay manchas, enganchones, pequeños agujeros y demás motivos que hagan necesario someterla a un proceso de reparación.
Reparar hamacas: Limpiar hamaca de manchas
Un lavado normal en la lavadora o a mano no va a quitar las manchas profundas, aquellas que se han integrado en tu querida hamaca y que parece que no hay forma de eliminarlas. Como, por ejemplo, una salpicadura de vino o de cualquier otro líquido o tinta. Lo que debes hacer en estos casos es optar por aplicar un poco de vinagre con agua tibia y jabón y, a continuación, comenzar a frotar con movimientos circulares para removerlas. No utilices productos químicos agresivos ya que estos últimos pueden deteriorar el tejido, sobre todo en el caso de hamacas de algodón. Con paciencia y constancia conseguirás eliminar las manchas más difíciles.
Reparar hamacas: Agujeros pequeños y grandes
La solución varía mucho entre un tipo de agujero u otro. Por ejemplo, en el caso de las hamacas con agujeros pequeños —como el que puede ocasionarse por la ceniza de un cigarro— bastará con coger hilo y una aguja y comenzar a coser, de esta forma evitaremos que el agujero vaya a más y que tengamos que deshacernos de nuestra preciada hamaca. Ahora bien, si los agujeros son grandes, entonces la solución consiste en buscar tela especial para hamaca —del mismo color o muy similar— y empalmarla con el tapizado. Puedes encontrar tela para hamacas en tiendas especializadas, como mercerías, y en otros lugares, como una tienda de artesanías o similar.
Reparar hamacas: Cómo hacer un parche para la hamaca
Para solucionar el problema de los agujeros grandes en la hamaca y poner un parche con una tela de las mismas características o muy similares, lo que tienes que hacer es recortar el tejido al mismo tamaño que el agujero. A continuación, gira la hamaca para que la parte del interior se quede hacia afuera y localiza el agujero. Después coloca el parche encima con una mano y con la otra comienza a coser. Asegúrate que en el momento de restaurar la hamaca no se formen arrugas, ya que ello provocará que el acabado no sea el que esperamos. Mientras estás cosiendo la hamaca, estírala con cuidado y repárala poco a poco.
Reparar hamacas: Teje la hamaca de nuevo
Si tienes buenas habilidades para tejer y conoces la forma en la que se confeccionan las hamacas, en ese caso procede a unir las partes deterioradas formando un nuevo tejido para tu hamaca. Para reparar hamacas de tela tejiendo tendrás que asegurarte muy bien de que las partes divididas o desgarradas queden perfectamente atadas a la nueva extensión de la hamaca para que duren mucho tiempo. Si lo haces bien, se trata de un remedio que pasa completamente desapercibido, por lo que nadie notará que tu hamaca se haya estropeado previamente y podrán seguir usándola con total normalidad y tranquilidad.
Cómo limpiar hamacas

Algo a lo que debes prestar atención si quieres evitar que la hamaca se desgaste en exceso y así poder aumentar su vida útil (ahora que ya sabes cómo arreglar hamacas) es al proceso de limpieza de las hamacas de tela. Las hamacas de tela se pueden limpiar en la lavadora o a mano (depende de los materiales de cada una de ellas). Esto es algo que puedes consultar en la etiqueta de la propia hamaca. Para ello, lo que tienes que hacer es retirar la tela de la hamaca, bajar la cremallera de las fundas del almohadón y retirarlos. Dentro de ellas podrás revisar las etiquetas en busca de las instrucciones de lavado. En algunos casos es posible que tengas que abrir tiras de velcro para poder desengancharlas y quitar el tapizado de la hamaca —todo depende de cómo esté asegurado—.
En general, para lavar hamacas debes tener en cuenta el material con el cual han sido fabricadas, puesto que no es lo mismo limpiar hamacas de lona, que hamacas de algodón o de hilo. Lo vemos con más detalle:
- Limpiar hamacas de lona: Para limpiar hamacas de lona bastará con hacer uso de un paño húmedo y jabón. Este material es muy resistente, sobre todo a la humedad, es por eso que es más utilizado en las hamacas de playa.
- Limpiar hamacas de algodón: Las hamacas buenas o las mejores hamacas de calidad son las de algodón. Ahora bien, a la hora de utilizarlas debes evitar productos químicos que puedan dañar el tejido, te recomendamos así mismo que la laves con agua fría para que no se encojan.
- Hamacas de hilo: Este tipo de hamacas suelen poder lavarse tanto a mano como en la lavadora, eso sí opta por un programa delicado.
- Hamacas de nylon: Este material, al ser sintético, es muy fácil de limpiar (se trata de hamacas resistentes). Bastará con pasar un cepillo de cerdas suaves por encima y lavarla con agua fría y jabón.